Brindar satisfacción al cliente es la mejor forma de garantizar la expansión de tu empresa en el mercado, pero, ¿qué opinas si te dijéramos que existe una estrategia para optimizar la atención al cliente y darle una experiencia de consumo mucho mejor de lo prevista? Kenos lo logra mediante la implementación del cuarto eje de su plan de servicios: la experiencia del usuario para adoptar la colaboración remota.
Para llegar a la meta, que es darle al cliente una experiencia completa e integral, recurrimos a lo que se conoce como experiencia inmersiva. Esa fase se alcanza a través de la colaboración inmersiva entre los miembros del equipo, pues entre todos suman un capital humano y de conocimiento potencialmente eficaz para avanzar hacia la realización de la experiencia inmersiva como principal estrategia de mercadeo en beneficio del usuario final.
La experiencia inmersiva en el mundo del marketing es uno de los mejores recursos para fidelizar clientes. En Kenos lo comprendemos muy bien y lo adoptamos como una premisa esencial para que esa base de clientes se convierta en una comunidad de usuarios 100% identificados con la marca que les ofrece el beneficio de consumo con experiencias que van mucho más allá de la utilidad del producto o servicio adquirido.
Si una empresa quiere dejar huella entre sus consumidores, sorprenderlos y garantizar que confíen en su imagen, la estrategia pasa por generar experiencias que envuelvan al usuario en un entorno atrapante, gustoso, práctico, versátil, moderno, útil y que le permita disfrutar e interactuar al mismo tiempo que se lleva una impresión favorecedora de la marca. No se trata de dar una experiencia de consumo, sino de ligar los beneficios de la compra del cliente con otros elementos de la marca, como el significado de un servicio en la vida cotidiana del usuario.
Ahora al consumidor no le basta con adoptar un rol pasivo. Ya no quiere ser ese actor económico que solo va a la tienda y gasta su dinero en algo que necesita, sino que quiere estar en el centro de la experiencia y recibir mucho más que un mero producto o servicio. Es es el usuario del siglo XXI, una forma mucho más amplia de llamar a lo que comúnmente se conoce como consumidor. Con los cambios de la economía y la tecnología a escala global, ya no son solo clientes, sino también usuarios. Se trata de una tendencia en auge al alcance tanto de grandes compañías como de pequeñas y medianas empresas.