El sector del comercio minorista es esencial en toda economía, pero, ¿qué tal si fuese posible innovarlo rumbo a métodos de optimización de la atención al cliente con el objetivo de brindarle una guía efectiva en su proceso de compra?
Todo esto es posible gracias al crecimiento y auge exponencial que ha tenido ese sector a lo largo de su evolución al ritmo del proceso de cambio tecnológico en los últimos diez años. Es por ello que resulta indispensable comprender con qué elemento adicional podría terminar de dar el salto hacia la sofisticación total.
Y es a través del uso de la inteligencia artificial, con la cual se está incorporando en distintas áreas, por ejemplo, hay compañías en las que se desarrollan soluciones de software que permite interpretar automáticamente ciertos datos que los clientes brindan para encontrar oportunidades y alertar prácticamente en tiempo real para optimizar el negocio (tareas, auditorias, inventarios, prevención de perdidas, etc).
Esto implica que, con una aplicación basada en un funcionamiento de interpretación de datos del cliente para asesorarlo en su decisión de compra general o segmentada, el negocio podría ganar un mayor flujo de clientes y mejor posicionamiento en el mercado.
Es decir, ya no solo tener los datos es importante, sino también contar con los datos en tiempo real y tomar acciones inmediatas basadas en patrones de comportamiento. El patrón de comportamiento que muestran los clientes es el factor clave que la app leerá y detectará para arrojar una decisión predeterminada en un stock de algoritmos que se automatizan para indicarle al cliente en qué volúmenes y con cuáles precios debe hacer su compra, así como también para proveerle información sobre el producto que va a adquirir.
Bajo este mismo concepto, el uso de robots se irá incrementando ya no solamente en los centros de distribución, sino que también en las mismas tiendas, ya sea para tareas de inventario, planogramas o como apoyo en los procesos de picking. Entonces, la evolución del sector ya está en curso, aunque con cierta moderación, pero en lo que queda de este 2020 podría implosionar una verdadera revolución en un sector que es el pilar de la economía industrial, pues es el encargado de distribuir los productos de consumo masivo al receptor final, que es el usuario y ciudadano ávido de un producto que satisfaga sus patrones de compra.
La experiencia del cliente al entrar a una tienda sigue siendo uno de los principales objetivos de diferenciación para las empresas de retail y, para ello, se verán cada vez más a los asistentes de ventas con dispositivos móviles permitiendo apoyar al cliente con dudas, inventarios e incluso dar alternativas de despacho de un producto, en caso de no contar con él en ese momento.