Aunque la tecnología avanza a pasos agigantados en esta época de compleja y rápida evolución de la sociedad/ economía del conocimiento hacia una nueva fase, que aún no está del todo definida, pero que podría ser una fase de automatización de procesos logísticos a mayor escala en tareas más precisas, el factor humano siempre será crucial para controlar el desempeño de los sistemas tecnológicos, puesto que el funcionamiento de estos deriva y lleva implícito consigo así sea un remoto margen de error por el solo hecho de ser un producto del conocimiento del hombre.
Por esa razón resulta imprescindible potencializar a los colaboradores y especialistas tecnológicos de las empresas a nivel emocional, técnico, en cuanto a habilidades blandas y en cuanto a desarrollo profesional.
Es necesario entender que el Departamento de Tecnologías de la Información de una organización es el encargado de hacer que esta funcione en absoluto equilibrio como el sistema de engranajes de un reloj analógico. Por ello, la principal forma de explotar las capacidades individuales de cada asesor tecnológico es acumular una suma de habilidades y conocimientos en un equipo que se complemente holísticamente desde adentro hacia afuera, es decir, hacia los demás departamentos ejecutivos de la empresa.
Esto implica la creación de un organigrama para ese departamento de TI o TICs, que debe estar compuesto por:
- Área de comunicaciones
- Área de gestión, planificación y estrategia de servicios
- Área de control de riesgos
- Área de negocio y aplicaciones empresariales
- Área de centro de atención al usuario
- Área de sistemas e infraestructuras
- Área de desarrollo y nuevas tecnologías
- Director de Sistemas o CIO (Chief Information Officer / Jefe de Información)
Para que cada una de esas sub-áreas llegue al máximo posible de su capacidad logística y técnica, la mejor estrategia que en KENOS aplicamos es la implementación de programas de desarrollo profesional con cursos especializados hacia cada actividad. Por ejemplo: cursos/talleres inductivos de comunicación empresarial y general, gerencia, administración, protocolo (trato al cliente), uso de las TICs e informática en varios niveles.
Por otro lado, las habilidades blandas son aquellas que están asociadas con la personalidad y naturaleza del individuo, tales como: capacidad de liderazgo, relaciones interpersonales y actitud positiva, por lo cual hay estudios que sugieren que cada día más empleadores están considerando estos factores en su proceso de selección.
Explotar esas habilidades pasa por saber qué quieres lograr como gran primer paso, priorizar cuáles son las competencias más importantes para ti en este momento, buscar expertos y fuentes de conocimiento, cambiar tus comportamientos y tu forma de enfrentarte a ciertas situaciones y practicar todo lo anterior.